Se cree que cuando el ser humano comienza a ver el mundo mediante una
tela negra, nítida y principalmente nebulosa es cuando la pelea por
llamarle vida al destino comienza. Pero hay algo peor, no ver
absolutamente nada, mas que solo, y eso si estas lo suficientemente
cerca del querer como para que el mas diminuto rayo de luz te roce,
diferenciar entre todo lo transparente y a la vez enceguecedor, un
puntito brillante que te conduce sin vacilación a la ultima puerta que
se te sera abierta antes o bien de comenzar de nuevo o de morir en vida.
Las estrellas no pueden brillar sin oscuridad.
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