Si las personas fueran testigos de la magia que contienen sus pupilas las guerras no existirían y el respirar se olvidaría. Si pudieran notar la luz de su sonrisa la ceguera vendría después del nacimiento. Y al oler su fino aire de libertad y sencillez los impuros serían los muertos mientras que los vivos se enriquecerían con mas que pensamientos. Con su toque emprendería arte, nuevas imágenes de ilusiones sin nombres, y con su voz crearía melodías jamas antes oídas. La vida valdría lo que se pesa en oro y entre los sentimientos ya no habría desilusión. Las emociones serían libres e independientes, por primera vez felices de sobresalir. Por que una persona brilla mas que el sol y cautiva mas que la luna. Solo de un ser sencillo basta para hacernos desear vivir. Y es que el cielo se ilumina con tan solo una sonrisa, el frió se evapora con tan solo una mirada, la vida cambia con tan solo dos palabras.
Y es solo un verbo el que puede mover mundos, remover miedos, crear universos.