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23 oct 2012

Tiempos fríos

Las estrellas formaban suaves caminos en el cielo negro a media noche. El aire, tan frió que le erizaba la piel y le revolvía el cabello corto color marrón. Caminaba por calles desiertas evitando las piedras esparcidas como si de hojas en otoño se tratasen por todo el sendero. El silencio era ensordecedor, solo con las voces de los recuerdos podía escaparce de ese túnel sin sonido.
Un gato flaco corriendo bajo las sombras le llama la atención. "No, no hoy...". Camina con pasos inseguros, no sabiendo si seguirlo. "No lo haré, por esta vez no lo haré". Un quejido a su derecha. Una trampa? Apura el paso, el gato ya no importa, solo tiene que llegar.
Mira hacia la luna media, sus ojos firmemente colocados en las nubes grises, cambiando de movimientos. Demostrando el poder de la inmensidad. Tiembla de frió. Necesita conseguirse una manta. Que bueno que no nieva.
Necesita encontrar lo que ha venido a buscar. Pisa con cuidado, con sus pies descalzos, los cristales regados en cada rincón de las ruinas. "Si, es mi hogar. Fue mi hogar". Junta las manos y mira al cielo, ese cielo que todo lo observa, que todo lo prevé. Sin darse cuenta se raspa la rodilla derecha, pero por fin encuentra la cocina. Unos muros de madera apilados como por arte de magia formando un muro de basura de su mismo tamaño bloqueando la puerta que daba hacia el jardín. Ya no hay mesa, ni sillas, ni manteles ni cortinas. Pero necesita las cebollas y las papas. Recuerda haberlas dejado en el estante del regal negro. Y el regal negro esta intacto. Vio todo venirse a bajo menos ese regal. Con las manos tienta hasta encontrar una bolsita transparente que pesa lo inesperado.
Días caminando, llendose con la promesa de encontrar comida. Pero no hay nada, nada en absoluto, las calles no son calles sino ruinas. Las casas no son casas si no recuerdos de un hogar.  "Les hubiera llevado al gato, al fin y al cabo, es carne"
Sale por lo que una vez fue la ventana de la cocina, camina por donde una vez estuvieron las orquideas de su madre sembradas. Mira sin querer hacia atrás, no hay nada que le haga creer que todo su mundo termino con el derrumbe de esas cuantas paredes. "La vida es una cosa muy seca" Se queda mirando el hoyo de la puerta. Niega con la cabeza. Mira para arriba, observa los luceros brillar, las nubes desaparecer "Gracias al cielo que no hubo bombas, sino ni papas ni cebollas tendría para mi familia"
Esta vez camina con los hombros erguidos, al fin y al cabo ya ha encontrado el alimento para su hermana y su abuela. Una semana espera que le duren. Y después que la luna y las estrellas la vuelvan a guiar por entre las ruinas en plena oscuridad. Que el frió la envuelva en fortaleza y que las piedras le recuerden quien es y que busca. Que el cielo la llene de esperanza. Todo una vez mas.

24 sept 2012

Disfrazar los secretos con palabras


Hay que saber distinguir, alentar a nuestros sentidos a siempre estar despiertos, a la caza de la realidad, pues solo discerniendo entre las ilusiones y las experiencias se puede elegir el mejor camino a seguir.


Hay dos tipos de personas, las que hablan por pura vocación y las que hablan por deber. Las primeras son aquellas a las que le gustan las palabras, las que se sienten a gusto compartiendo pedacitos de su vida con los demás. Platican por que les es un placer platicar. Los libera. Mientras que los otros, que son mucho menos que el resto hablan por necesidad. Saben que si ellos deciden lo que contar, entonces nadie las manipulara con la información. Hablar los hace débiles. Los coloca en un nivel inferior que al otro. Ellos si hablan es por que así pueden manejar la información y saber donde parar. Si no hablan las preguntas se volverán en su contra, lo saben. Mejor saber que decir y como decirlo. O distinguirlos y estar preparados para las secuelas que ese mismo motivo que los hizo ser así ha dejado a su paso.

26 ago 2012

En un pedacito de momento...

Escuchas el sonido del viendo, recorriendo los alrededores con gran emoción mientras que las delicadas hojas doradas caídas de esos arboles mas viejos que tu conciencia crujen como si de pequeños seres se tratasen deseando con fervor obtener tu atención.
Las nubes cambian de formas, se alargan, se enchican, todo según sus anhelos, haciendo cambiar el pedacito de mundo de apariencia con figuras que el humano ni siquiera podrá algún día llegar a distinguir con precisa definición.
El cielo te observa reflejando todo su esplendor en cada poro de tu piel. Es azul e inmenso. Esta en todas partes, tan poderoso como hermoso, recordándote la esencia mas pura de la misma vida.
El calor rosa tus mejillas, te va acariciando suavemente sin que te des cuenta. Te sientes bien, no mal ni estupendamente, pero si bien, Y ni siquiera sabes por que.
Una mariposa volando entre las ramas, derramando belleza con cada suave aleteo. Dando una vista tan inolvidable como inmortal, llena de tantos colores que nunca jamas se podrán realmente diferenciar.
Escuchas voces a lo lejos, una suave, otra mas aguda, hablando de cosas tan superficiales como indefinidas que le dan sentido hasta a la mas condescendiente de las vidas.
A lo lejos distingues a una anciana, caminando con sus calcetines verdes hasta los tobillos, simbolizando el paso del tiempo. Demostrando el poder del ser humano, de la raza que todo lo puedo y que le teme a menos de lo que debería.
Y después esos ojos, unos encantadores ojos azules como el océano, observandote desde lo infinito de lo finito. Pensando en mil y un maneras de como acercarte a ti y obtener una sonrisa  que brille de alegría.

 El momento tiene una delicadeza tan encantadora y sutil que rosa la fragilidad.

Pero estas demasiado concentrado en tu futuro como para disfrutar de este pequeño e irrepetible presente.

Eso pasa, y mas seguido de lo que nos deberíamos permitir.

17 ago 2012

Y mientras nos sigamos negando a compartir...

Si los humanos solo amáramos hacer el bien, sería un mundo demasiado perfecto como para a la vez desear, entre otros, la sinceridad. Así que por el contrario, necesitamos de la cruda realidad para discernir entre lo sensato y lo inalcanzable. Pero exageramos, exageramos todo el tiempo. Nadie nos prohibe darnos los menores y al mismo tiempo mas grandes placeres de la vida, esos privilegios que tanto despreciamos. Y no solo despreciamos a personas, ni a cosas, sino que nos despreciamos a nosotros mismos. Buscamos la perfección hasta en lo mas nítido de nuestro ser, en cada instante, con cada respiración, sin siquiera notarlo. Todo lo que hacemos lo hacemos por nosotros, con el único propósito de sentirnos poderosos, mas listos que los otros, nada es por nadie mas, aun que cueste aceptarlo. Solo que, que es lo que creemos creer necesitar? Nos alejamos de las personas que nos aman, pues muchos nos aman, solo que ni siquiera queremos notarlo. Amamos a muchos, a mas de los que deberíamos, y eso en algún momento conlleva a la soledad. Muchos odian palabras bonitas, ser tocados, las sonrisas, mientras que también nos cuesta compartirlas, aun a sabiendas que siendo seres humanos, la felicidad del otros influye la nuestra. No lo aceptamos. No estamos conscientes de eso. La vergüenza nos invade, nos carcome la piel y nos obliga a alejarnos de todo lo incalculable que el mundo nos ofrece. No queremos dar felicidades y al mismo tiempo nos negamos a obtenerla. En realidad son simples acciones que nos dan alegría, pero nos gusta la vida dura. Nos negamos a compartir.

1 ago 2012

La razón de los "malos" recuerdos


Cuentan que el tiempo y el olvido van agarrados de la mano paseándose por el camino de los recuerdos sin nombre fijo ni definición propia. Entre mas pasan los días mas años se le van acumulando al pasado de tu destino, al igual que las experiencias se van adjuntan en archivos de emociones diversas.
 Es mas fácil juntar diminutos pedacitos de recuerdos de lo que tu vida una vez fue o lo que una persona una vez te hizo sentir a lo que en realidad paso y te hizo crecer y llegar hasta donde ahora estas. Nos autoprotegemos de la manera mas sencilla posible ante futuros encuentros imprecisos que hasta estos inoportunos momentos se habían mantenido en las profundidades de una mente sin intención. La gente que nos dejó o nos desilusiono ya no son simples personas capaces de cometer errores tan inmensos como diminutos a lo largo de sus vidas, sino seres con caras borrosas y actos desolados que solo nos provocan una vaga sensación de tanto un desprecio inexplicable como una sensación confusa de añoranza. Nuestro cerebro solo entiende de recuerdos tristes por que los asociamos con el sentimiento que ahora manteamos hacia esa persona. Si ese ser importante en tu vida te esta fallando en tu presente, sus recuerdos, o la mayoría de ellos se empezaran a teñir de gris, y nos sera mas fácil recordar los instantes fallidos que las risas inocentes que tiempo atrás se compartieron. Tal vez hayan habido millones de momento dulces pero por unos cuantos que hayan de desolación, a todo la alegría ya vivida no se le podrá hacer justicia. Cuando nos encontramos en malas condiciones debido a alguien, nuestra mente se autoprotege pensando que si estamos conscientes de que siempre fue así, no nos deberemos ilusionar y mucho menos sorprender por lo que a continuación venga. Pero las personas cambian, algunas se vuelven de "malas" a "buenas" o de "buenas" a "malas", dependiendo de tu punto de vista, dependiendo de su vida, dependiendo del valor que se le da en este mundo a las cosas. Y si solo por estar en una fase con aguas profundas y marea alta se van a olvidar los momentos creadores de tantas ronrisas, y se sustituirán por recuerdos sin un fin que valga la pena pasar por todo lo que se ha pasado, entonces mejor no hacer la pregunta de a donde iremos a parar, la respuesta conlleva a muchas mas angustias de las que una persona debería de soportar.

9 jul 2012

Bajo algunas circunstancias

La tierra y cada ser tiene vida, cosa que se asocia a la perfección con colores, con olores, con sonidos. Y una vez que se pierden las ganas de distinguir entre el blanco y el negro a los demás sentidos se les va restando importancia hasta desaparecer en un desierto tan frió que hierve la sangre al rojo vivo dentro de tu propio ser. El resplandor de la magia que se esconde hasta detrás de las cortinas no es mas que polvo sin importancia que en algún momento dejara de querer volar para hacerse notar. Cada paso que das deja rastros de escombros cuyo cimiento tuvo lugar antes de que tu conciencia decidiera abandonarte. Las notas musicales no son mas que sonidos sin principio ni fin que te insultan al recordarte que no importa que tanta belleza haya en el universo, tu capacidad por intentar ser feliz se ha quedado atrapado en tu infierno personal. La gente ya no es gente, si no pedazos del gran pedazo de planeta en el que inconscientemente habitas. Muerte, vida, es lo mismo. Ambas te tienen aferrado mediante el miedo y te ahogan con desilusiones.


Claro, eso, entre otras cosas, bajo tanto definidas como indefinidas circunstancias.

1 jul 2012

1.7.12.- 1.parte


Caminando por la bahía que daba hacía el mar en donde se encontraban todos los barcos listos para ser usados de repente empezaron ha salir chispas de debajo del mar. Como si fuera un espectáculo de fuegos artificiales. No significaba nada bueno. Empecé a correr, a lo lejos se distinguía un sonido sordo que solo se podría descifrar como aullidos de miedo. Venían de mujeres. Corrí hacia donde se encontraba mi casa, compuesta por tres habitaciones, en donde dormía mi madre, en donde dormía yo, y la del balcón.
Gire mi vista hacia el agua, impresionada de que en todo mi camino hasta mi hogar no dejasen de parar de brincar chispas o salir fuego como por arte de magia. Y allí fue cuando lo vi, un barco en pequeño que se incendiaba, sin gente saltando o gritando, como si estuviera embrujado. Era terrorífico, pobre barco. Las llamas lo consumían, lo hacían que se doblase por los lados, era como lava chupando un dulce. Mire con atención y descubrí que era un yate de lujo, incluso llegue a sentir pena por el dueño. Segundos después mi cerebro un poco conmocionado por el espectáculo me recordó que si no me movía podría salir volando en mis pedacitos cuando el yate explotara. Mire hacia mi alrededor, viendo a tres mujeres asustadas observando casi con repulsión como el yate se partía en dos y se hundía, digno de una escena de película. Ellas no se movía, era como si el mar tuviera un imán que las mantuviera pegadas en el malecón.
Segundos después nos encontrábamos en mi casa, yo con el gran alivio de saber que tanto ellas como yo nos encontrábamos a salvo. Las cuatro mirábamos al balcón, impactadas por lo rápido que todo un lujo había desaparecido aun mas rápido que la idea de crear al mismo.
Y si pensábamos que acabábamos de ser testigos de un acto del destino agotador, estábamos equivocadas, solo que esta vez no era el destino, eran las tinieblas las que se presenciaban ante nuestros ojos.
Era una mujer en muerte. Una mujer sin corazón. Un invento de la mente mas macabra existente, cuyo cabello negro se enredaba por su pálida piel, se veía malvada, tenía un vestido negro que, mojado y chorreante, se le pegaba a la delgada y escueta figura de huesos largos. Salía de la superficie del agua.
Antes de distinguirla me encontraba asomada con las tres mujeres en el balcón, expectantes por cierto, viendo  que pasaría con el barco quemado y ya anclado en las profundidades del océano cuando un pedazo redondo con pelos empezó a salir de las profundidades del mar. Miraba hacia nosotros, solo que no tenía pupilas, nos miraba sin ver, tal vez incluso nos sentía, sentía nuestras almas y eso era lo que le incitaba a venir en nuestra dirección, o tal vez nos olía, olía nuestro miedo. No conocía a las otras tres mujeres, pero presenciaba como sus pupilas se dilatan al ver al espectro pisar tierra firme y acercarse hacia nosotras.
Era definitivamente una pesadilla.