Sembrando oscuridad...

Sonrisa de cazador era lo que todos pensaban cuando a hurtadillas en los bares le miraban.

Sus anchos hombros de guerrero líder imponían una fuerza inigualable e inspiraban respeto inmerecido pero bien sobre actuado para que todos pudieran apostar sus raíces por que el tipo tenía una vida de envidia sin saber que esa creación oscura de puros sacrificios de otros se sostenía.

Era grande e impactaba.
Horriblemente mágico.

No llevaba una aureola, pero tampoco cuernos. Sin embargo lo que lo hacia diferente de toda raza era su aura, esa falta de sombra que jamas lo acompañaba. Ese brillo oscuro y vidrioso que algunos incluso juraban poder oler.

Pasos seguros y amenazadores eran los que daba, sembrando con cada pisada oscuridad hasta en los rincones mas incógnitos de su camino.

No malgastaba palabras pues con solo unos chasquidos podía hacer cambiar la perspectiva de hasta el mas digno.

Lo peor era que la gente sabia de quien se trataba, sabían que tenían que estar en alerta, cuidar de los suyos y de sus tentaciones, y aun así, aun estando tan precavidos cedían sin pensarlo antes del primer suspiro del que confundían con el poder de su Dios.

Un espectro hermosamente poderoso, cuyos ojos negros reflejaban su alma vacía y falta de corazón.

Anda suelto, es cruel y todo ser ha tenido tratos con el.