La música suena derritiendo barreras de eufemismos, el zumbido fluyendo por cada rincón regando sensibilidad en cada esquina. Las horas se han perdido entre la infinidad del tiempo y el mundo luce detenido y nebuloso como si estuviera dentro de una bola de cristal. El sentimiento crece en lo profundo de la sensación, es tan desconocido como profundo. Sus diversos sonidos hacen maravillas, a algunos les cumple deseos, y a otros les infunda nuevos sueños. Para otros es pura inspiración. El ritmo renace dentro de cada uno lentamente, iluminando caminos y corazones. Da indicaciones, ignagura el deseo, entierra odios y devuelve el tacto. Todos son nadie, y ese nadie completa a uno solo mismo. Nadie tiene conciencia pero entre todos se logra un gran ser. La noche es tan brillante como el día y la luna calienta mas que los rayos del sol.
El mundo es especial, es la arte mas pura.
Como si existieran fondos que si los usas el mundo junto con todo su esplendor y apariencia cambiase y se evolucionase a algo mucho mejor.